
por Katia Monteagudo
La conservadora meta de reducir el hambre en el mundo, plasmada en el primer Objetivo de Desarrollo del Milenio, se tornó ya inalcanzable en un planeta con más de 1 mil millones de personas hambrientas. Lejos de disminuir, el número de desnutridos aumenta vertiginosamente
La sexta parte de la población mundial padece grandes faltas de alimentos, con lo que prácticamente se sentencia a muerte el cumplimiento del primer Objetivo de Desarrollo del Milenio de
Con 1 mil 20 millones de seres humanos sin comestibles –170 millones de éstos son niños menores de cinco años–, ya resulta inalcanzable la meta propuesta por
Esas cantidades de mal nutridos resultan las mayores cifras de los últimos 40 años, y un empeoramiento de los índices globales de pobreza en apenas un quinquenio.
Tal tendencia coloca a la humanidad ante uno de sus mayores desafíos, porque estos desajustes empeoran en los países y regiones más vulnerables de la tierra, y donde se concentra la mayor parte de la población mundial.
De los que hoy sufren hambre en el mundo, 642 millones viven en Asia y el Pacífico; 265 millones, en África subsahariana; 53 millones, en América Latina y el Caribe; 42 millones, en el Medio Oriente y el norte de África, y 15 millones en los países industrializados.
Los datos del informe, producido por
Sólo en ese lapso, 75 millones de personas pasaron a formar parte de las filas de hambrientos.
Este hecho resulta desesperanzador, especifica el análisis, porque en la década de 1980 y principios de 1990, el mundo tenía algunos progresos en la reducción de este flagelo crónico.
Tres cuartas partes del monto total de hambrientos son campesinos pobres, especifica Gemmo Lodesani, responsable del PMA en Bruselas.
Dato desolador, insiste Lodesani, porque quienes no tienen un nivel nutricional suficiente para tener una vida normal y productiva son también quienes deben hacer producir la tierra.
Para Lodesani, el aumento de la población mundial será otra de las problemáticas por enfrentar, ya que en 2050 los habitantes del globo terráqueo sumarán más de 9 mil millones.
Para cubrir sus demandas de alimentos, calcula
Pero en la era del cambio climático y el declive terminal de la producción de hidrocarburos, este porcentaje es casi una quimera.
El crecimiento de la demanda tendrá que satisfacerse, refieren los analistas, en condiciones de creciente escasez de agua, salinidad elevada de los suelos y condiciones meteorológicas y climáticas más variables y adversas.
En este sentido, es cada vez mayor el número de expertos y formuladores de políticas que coinciden en la importancia de elevar las inversiones en el sector agrícola, las ciencias agrarias y las nuevas tecnologías.
Aunque Olivier de Schutter, relator especial de
Durante las últimas décadas, las inversiones globales para la agricultura han venido disminuyendo, lo que ha conducido a un lento crecimiento de la productividad de este sector.
A esta problemática se suman las previsiones de varias agrupaciones internacionales sobre el futuro de la producción de alimentos en el planeta, bajo los desajustes climáticos.
Científicos del Programa de Seguridad Alimentaria y Ambiente de
Para hacer frente a estos desafíos, será imprescindible desarrollar un sistema agrícola y de alimentación mundial más productivo y sostenible, advierten todos, pero el trecho por recorrer resulta largo y difícil en un mundo donde ya el hambre resulta crónica.
La escasez resultante de las malas cosechas, indica, podría ocasionar otra gran alza de precios en el mercado, superior a la de 2008, la peor de todos los tiempos.
Esta predicción la comparten el International Food Policy Research Institute (IFPRI), el Asian Development Bank y el Banco Mundial.
Como consecuencia del calentamiento global, aseguran las entidades citadas, las cosechas de arroz y trigo de los países en vías de desarrollo podrían disminuir hasta un 19 y 34 por ciento, respectivamente, para 2050.
Dentro de cuatro décadas, los agricultores del sur de Asia podrían recolectar la mitad de sus siembras de trigo, debido a la caída de los rendimientos. Igual puede que cueste 334 dólares la tonelada de ese cereal, más del doble de su precio en 2000.
También la tonelada de arroz podría dispararse hasta 421 dólares y a 240 esa misma cantidad de maíz.
Las estadísticas de esta entidad muestran que los precios internos en los países en desarrollo siguen siendo elevados y, en algunos casos, superiores a los del fatídico 2008.
En el África Oriental, los cereales fluctúan dentro de un margen estrecho desde julio de 2009. El maíz, en los mercados de Uganda, Kenya y
En América Latina, los precios totales subieron un 41 por ciento, de
Si bien los precios globales comenzaron a bajar desde mediados de 2008, una gran parte de esta disminución no se trasladó a los consumidores, porque a los intermediarios y comerciantes no les resulta rentable vender barato los inventarios que compraron anticipadamente a caros precios, detalla Da Silva.
Mientras hoy millones carecen de pan diario y se les pronostica peores días, los londinenses pueden comer 8 mil millones de veces al año, según la alcaldía de la capital del Reino Unido.
Por esta sola acción, Londres genera 19 millones de toneladas de gases contaminantes, además de otros 6.3 millones por desechar, un tercio de los alimentos que ahí compran.
Este ejemplo ilustra el complejo drama de la lucha contra el hambre planetaria, porque, a costa del bienestar de unos pocos, muchos están condenados a perecer.
En la mitad de la actual centuria, alerta
También el IFPRI advierte que la crisis alimentaria, junto con la energética y los problemas del cambio climático, ocasionará mayores cifras de pobres y hambrientos.
No obstante,
En la actualidad se avanza en esta especialidad, reconoce la entidad, con lo cual se debe enfrentar el abrupto crecimiento de la población mundial, calculada hoy en más de 6 mil 700 millones de personas.
Pero para 2025, casi 2 mil millones de habitantes más poblarán el planeta, por lo que urge acelerar las estrategias para el fomento de recursos alimentarios, ya que el futuro avizora que la mayoría de los seres humanos seguirá viviendo en un mundo de hambre.
(fuente: RedVoltaire)
2 comentarios:
Casper, cruel realidad, muy buena tu entrada, si todo sigue así solo un milagro podría salvar a este mundo del hambre, las guerras y que todos tomemos conciencia de empezar a cuidar nuestro planeta.
impactane fotografía.
besitos para ti, que Dios te bendiga
Dura realidad! Me duele hasta el alma.
Yo alguna vez he pasado hambre y no me puedo imaginar que significa estar esperanzado a recibir un poco de alimento.
La gran contradicción estriba es que aún cuando estas personas, no consumen nada de alimento, tienen tasas de natalidad altas, y esto se debe a que el sentido de supervivencia está vivo, esto es real, el sentido de supervivencia es más fuerte y dominante.
Gracias por esto, por esta refexión, veo mis problemas con un poco más de esperanza.
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