El camino de la paradoja es el camino de la verdad. Para probar la verdad de las cosas hay que verlas en la cuerda floja. Cuando las verdades se hacen acróbatas, entonces

Podemos juzgarlas. -O. Wilde

sábado, 16 de octubre de 2010

Unidos contra el hambre



Aquí les dejo la dirección donde dejar su firma

Gracias a todos.

www.1billionhungry.org/joseluis47/

martes, 12 de octubre de 2010

Publicada 11/10/2010

Política Nacional / Carlos Mira.- En Economía para todos

¿Estado de Derecho o régimen de masas?



Las señales de que la sociedad argentina está asistiendo a un formidable choque de valores y de formas de entender el mundo y la convivencia social son innumerables.

La convocatoria a una concentración en la provincia de Santa Cruz por el caso de la reposición del procurador Sosa, fue una nueva demostración del embate del régimen de masas para imponer sus reales sobre el gobierno de la ley y el Estado de Derecho.

El retroceso al pasado que significaría la imposición definitiva de un régimen de masas por sobre uno que solidifique el Estado de Derecho es tan obvio como que un sistema de ese estilo depende del poder de convocatoria que ejercen las fuerzas de choque leales al “líder” y no de los consensos apacibles y civilizados de la democracia.

La relación que tiene un régimen de masas con el uso de la fuerza y, eventualmente, de la violencia, lo hace incompatible con la modernidad institucional que, justamente, trató de eliminar la fuerza y la violencia de las disputas políticas.

Por eso habría que aclarar frente al leitmotiv que se usó para la convocatoria, esto es, que la concentración preparada en Río Gallegos fue “para defender las autonomías provinciales” (y no para atacar a la Corte), que el sistema federal argentino -que el gobierno central debe garantizar- se basa en que las provincias tienen asegurada su autonomía en tanto y en cuanto organicen sus gobiernos de acuerdo a los principios de la Constitución Nacional y a la forma republicana de gobierno.

El gobierno federal no garantiza esa autonomía si las constituciones provinciales desconocen los principios de la Constitución o si su gobierno no está organizado de modo republicano.

Como todos saben, los principios del sistema republicano imponen la división e independencia de los poderes, la periodicidad de los cargos, la publicidad de los actos de gobierno, etc, etc. Se trata de las clásicas lecciones de Instrucción Cívica elemental de primer año del colegio secundario.

Cuando un gobierno provincial no respeta la división e independencia de los poderes atenta contra la organización republicana de su gobierno, por lo que el Gobierno Federal vía la competencia originaria de la Corte, puede intervenir para que esas instituciones se restablezcan. Dicha intervención no implica un desconocimiento de la autonomía de la provincia en cuestión sino el mero funcionamiento de lo dispuesto por la Constitución Nacional que no permite que los principios republicanos se desconozcan en ninguna jurisdicción.

De modo que esta demostración de fuerza, típica del régimen de masas, es contraria al derecho de la Constitución y al orden republicano que los argentinos decimos defender. La provincia de Santa Cruz violó los principios republicanos de gobierno cuando su gobernador despidió a un funcionario de otro poder, independiente del suyo, para lo que claramente no le asistía ninguna facultad legal. El entonces Gobernador Kirchner no puede decir que el despido de Sosa lo decidió y ejecutó en pleno uso de la autonomía que le corresponde a Santa Cruz, porque Santa Cruz no tiene autonomía para no ser republicana, y, para ser republicana, el Poder Ejecutivo debe respetar la independencia del Poder Judicial, lo cual incluye, naturalmente, la imposibilidad de que el Gobernador eche funcionarios judiciales.

Todo otro razonamiento que no coincida con esta lógica constitucional debe interpretarse como un intento de un régimen de masas para desconocer por la fuerza y la violencia lo establecido por el Derecho.

Una vez más, las muestras de que la sociedad argentina está asistiendo a un formidable choque de valores y de formas de entender el mundo y la convivencia social, son innumerables.

Ese choque, repetimos, enfrenta un modelo de masas con un modelo de Derecho. La sociedad deberá decidir quién lleva el triunfo en este partido. Pero todos deberemos recordar para dar nuestro voto y nuestra opinión, que las fuerzas de las masas pueden cambiar y, las que hoy nos favorecen, mañana nos aplastan. El Derecho en cambio tiende a asegurar el gobierno de una ley y de una justicia imparcial que no haga descansar en el poder de hordas circunstanciales la paz social y la convivencia pacífica. Estará en nosotros decidir qué queremos. © www.economiaparatodos.com.ar

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Sobra dinero


Ignacio Ramonet en la UCC


“Sobra dinero para dar una renta personal, de por vida, a cada ciudadano del mundo”
¿Qué está pasando en el mundo? fue la pregunta disparadora. El intelectual congeló cinco partidas simultáneas de ajedrez para desmenuzar los problemas cruciales que enfrenta la humanidad desde la economía, la geopolítica, la vida de las sociedades, la ecología y los medios de comunicación como argamasa.

2010-04-05 -


Ante un auditorio colmado, el intelectual europeo Ignacio Ramonet disertó sobre la “Crisis de Siglo, Refundación del Porvenir y Papel de los Medios de Comunicación”. Fue presentado por Rafael Velasco, rector de la Universidad Católica de Córdoba (UCC) y designado visitante ilustre por el gobierno de la ciudad. En primera fila se ubicaron el viceintendente Carlos Vicente, la rectora de la UNC Carolina Scotto, autoridades de la UCC, Miguel Rodríguez Villafañe y José Zepeda quienes lo acompañaron durante el debate posterior a la conferencia.

El encuentro estuvo auspiciado por la Asociación Iberoamericana de Derecho de la Información y de la Comunicación (AIDIC), y Radio Nederland (RN). Además contó con la adhesión de la UCC y de la Universidad Nacional de Córdoba.

Para responder a la pregunta ¿Qué está pasando en el mundo? Utilizó como recurso la disputa simultánea de cinco partidas de ajedrez. Así, ubica a los tableros de la economía, la geopolítica, las sociedades, la ecología y los medios de comunicación que atraviesan y ligan a los demás.

Explicó con la claridad de un estadista el destino final de la humanidad si no se enfrentan ahora problemas cruciales como el cambio climático, la pobreza, un cambio en el uso del petróleo, las amenazas de guerras nucleares, y quiebras de estados para borrar los efectos de la crisis sistémica, generar hiperinflación y por consiguiente más pobreza.

La situación del mundo es dramática y es el tercer tablero el que describe las vidas de las sociedades, de las personas de carne y hueso. Ramonet habló durante 45 minutos. Para dar cuenta de cifras escalofriantes puso en situación al auditorio. Dijo que en esos minutos, mientras él hablaba, 45 mujeres morían durante el parto; 90 niños en África por malaria y dos niños por minuto, mueren constantemente en el mundo; 450 niños van a morir por beber agua de mala calidad; 945 niños menores de cinco años habrán muerto por enfermedades curables.

“Lo que mata a estas personas es la pobreza”, afirmó y citó datos contundentes. “El 40 por ciento de la humanidad vive con menos de 2 dólares al día –somos 6500 millones de habitantes-, piensen, que una vaca europea recibe una subvención diaria de 5 dólares al día. En este mundo vale más ser una vaca europea que una persona pobre del mundo. Es absolutamente trágico”, enfatizó.

También habló del analfabetismo y la brecha entre ricos y pobres cada vez mayor. Las soluciones que el intelectual propone obviamente dependen de la voluntad política de los sectores poderosos del mundo pero ya son muchas las sociedades incluso capitalistas que lo piden.

Pero no se queda en la enunciación, plantea medidas políticas concretas para el cambio que pasan por la instauración de una tasa internacional de redistribución solidaria sobre los beneficios financieros, bursátiles y del mercado de cambio. Suprimir los paraísos fiscales, instaurar una tasa carbono internacional, desnuclearizar el mundo y eliminar la deuda externa a los países pobres. Prensared recomienda la lectura completa de la conferencia que plantea los escenarios existentes y propone con argumentos soluciones viables.

La conferencia

“Mi ambición hoy es relativamente modesta. Quisiera consagrar este tiempo a hablarles de la síntesis que significa este título y simplemente tratar de responder a la pregunta: ¿Qué está pasando en el mundo de hoy? ¿Cómo está funcionando el mundo hoy?

Hoy día, estamos enfrentados a una especie de enigma. Esto ocurre en todas las sociedades; no sabemos muy bien, cuáles son los paradigmas que nos permitirían entender, anticipar lo que esta ocurriendo; de manera de poder situarnos como ciudadanos frente a lo que pasa en el mundo.

El mundo ha dejado de ser fácilmente legible. Hoy día tiene una lectura oscura y nos resulta difícil entender qué está pasando. Quisiera proponerles mi propia lectura de lo que está ocurriendo en el mundo y cómo respondería yo a esa pregunta de cómo funciona el mundo hoy. Es una pregunta indispensable porque si no entendemos eso no podemos tomar conciencia de nuestro propio rol, de nuestro papel como ciudadanos ante la dinámica política, económica, social, cultural, de nuestra sociedad.

Evidentemente, es una síntesis, una proposición. No les estoy dando una receta dogmática, imperativa, que ustedes estén obligados a aceptar. Es una propuesta de lectura del mundo de las principales líneas que permitan entender el mundo.

Si el mundo fuera un mapa: qué tipo de coordenadas debo instalar para permitir distinguir las cosas más importantes de las menos, de las que más incidencia tienen de las que menos.

Pienso que no es posible proponer una parrilla única. O, en todo caso, a mí no me es posible. Imaginemos lo que pasa en el mundo como si fueran una serie de partidas de ajedrez que se estuvieran jugando en varios tableros y, el conjunto de movimientos de esos tableros, nos permiten distinguir las líneas, las dinámicas más importantes.

Si logramos identificar en esos cuatro tableros, cuales son estas dinámicas, los actores, los desafíos, y las consecuencias principales empezamos a tener una visión más clara dentro de esta nebulosa enigmática que es la realidad contemporánea.

Los tableros de Ajedrez

Primero es el tablero de la economía; segundo, la geopolítica; tercero, las sociedades y cuarto la ecología. Ustedes dirán que hay un quinto. Evidentemente, son los medios de comunicación y de información. Diríamos que es la argamasa que une y permite la articulación entre ellos. Porque la percepción que cada uno de nosotros tiene de lo que se juega en estos tableros, en general, está definida, dibujada, e inspirada por los mensajes que han sido emitidos por los medios de comunicación y que yo, y cada uno de nosotros, hemos interpretado.

En el debate, abordaremos este tema que ya fue analizado por el rector de Universidad Católica de manera muy lúcida y precisa.

En tablero de la economía

Aquí vemos lo que yo he llamado la crisis del siglo; una crisis sistémica que ahora ha estallado y que muchos analistas críticos hemos venido anunciando desde hace tiempo. La economía no podía seguir funcionado así, sin que el sistema llegase a explosionar y esto ocurrió el 15 de septiembre de 2008.

Cuando la banca de inversiones Lehmann Brothers se hundió y a partir de allí todo lo que estaba en espera de consolidación, de destrucción, recibió este golpe y se produjo esta crisis sistémica de la que no hemos salido. Contrariamente a lo que podíamos pensar, en los primeros meses que siguieron a la crisis, no se han sacado las lecciones indispensables.

En ese tablero, vemos que todos los elementos del edificio económico y financiero, están en crisis. Todos, han revelado sus fallas, como si se hubiese producido un terremoto. Ustedes recuerdan que la crisis empieza por el sector inmobiliario en los Estados Unidos y, consiguientemente, lo primero que se hunde son los bancos hipotecarios. Sigue con las cajas de ahorro, pero no voy a hablar de esto que ya he analizado en los libros La catástrofe Perfecta y en El Origen de la Crisis.

Lo que quiero decir, es que es una crisis sistémica. Muchos analistas habían anunciado que el capitalismo ya había pasado por ello en el `30 y que iba a conocer su fase neoliberal. Estamos en una crisis sistémica porque los bancos hipotecarios, de inversiones, de cajas de ahorro, de depósito, las bolsas, las autoridades de regulación, las agencias de locación de los estados, las agencias contables internacionales tampoco funcionaron.

Por consiguiente, se produjo la crisis del sector financiero que dirigía a este capitalismo, en su fase neoliberal, entraron en crisis y que en los años setenta comenzara con la revolución conservadora universalizada por Margaret Thatcher y Ronald Reagan y tal vez antes en Chile con los Chicago boys. En 1980, con la elección de Ronald Reagan este carácter un poco particular se impone como norma.

Ustedes recuerdan que la frase que resume este espíritu es la que Reagan dijo: el estado no es la solución, el estado es el problema y desde ahí comienzan una serie de medidas económicas que comienzan a desmantelar el estado y a transferir el patrimonio al sector privado por medio de las privatizaciones. Antes no existía esta palabra.

Eso se impuso como una norma, esta idea de que el mercado es la solución a cualquier problema, y que la ley de la oferta y la demanda es el alfa y el omega del funcionamiento de las sociedades que tienen que funcionar como una empresa.

El propio estado debe funcionar como una empresa, con la idea de que su objetivo prioritario es producir beneficios cualquiera que sea el costo. También, en la economía en general, impuso la idea de que al mercado hay que hacerle confianza ciega porque es capaz de autorregularse. Un partido que debe jugarse sin árbitro; el estado, ni árbitro debe ser. Y si tiene excesos, el propio mercado los va a reducir y si tiene carencias las va a colmar.

De esta manera, el mercado poco a poco fue ganado por una especulación irracional conducida por una codicia sin limites, y este periodo va a producir la crisis que en cierta medida ha seguido agravándose porque hasta ahora habíamos visto una serie de elementos, y eslabones, y hoy nos damos cuenta que los propios estados entran en quiebra y lo sabían.

En este libro, La Catástrofe Perfecta, yo decía que quizá si se prolongaba la crisis podríamos llegar a verlo. Y vemos países como Islandia, Grecia –virtualmente en quiebra-, y podrían seguir Portugal, Irlanda, España, Italia etc. países importantes con dificultades.

Vemos, además, el desconcierto de la sociedad política internacional que no sabe como acudir al rescate de países golpeados por este sistema. Cuando en los años s '70 muchos países de Africa y America Latina que estaban en quiebra, caían en el FMI que les imponía condiciones muy férreas. Significaba que el país se convertía radicalmente a la tesis del neoliberalismo y tenía que admitir estas ideas como buenas.

En este tablero, digamos que la visión es relativamente pesimista. Muchos observadores en el primer tiempo de ocurrida la crisis pudimos ver cómo regresaba el estado. Los EE.UU., habían hecho del principio de reducción del estado una tesis fundamental y vimos cómo se lanzó en una serie espectacular de nacionalizaciones.

Estados Unidos, tanto al final de la presidencia de (George) Bush y el principio de (Barak) Obama tuvo una política de nacionalización de la banca, de sectores industriales como los automóviles, como los estados socialistas en el mundo la han tenido. Decíamos, era el regreso del estado. No era una medida de avance hacia el socialismo pero sí para un neo keynesianismo.

En la larga historia de la economía moderna, nunca ha habido un periodo en la economía donde el sector privado haya querido excluir al estado de la economía. Nunca. La norma histórica era la cohabitación del sector estatal y del privado. El mercado hasta donde sea necesario y el estado hasta donde es indispensable. Este tipo de ajuste, ha funcionado y en el periodo neoliberal se llegó a concebir la idea de que -el mercado- podría eliminar radicalmente o reducirlo a una especie de embrión sin importancia o arrinconarlo.

Entonces, pensábamos: la balanza regresa y vamos a entrar en un periodo de capitalismo neokeynesiano. Pero, pienso en este momento, ni siquiera esa lección se ha aprendido. Porque las medidas de corrección han sido multimillonarias y los estados han gastado centenares de miles de millones de dólares para salvar al sector bancario. Hoy vemos que ese sector, sin ningún tipo de remordimientos de mala conciencia, está atacando a los propios estados, reprochándole en cierta medida de haberlos ayudado y por consiguiente hay una especie de cinismo. (…)

El tablero de la Geopolítica

Observamos que el actor principal sigue siendo Estados Unidos y que en particular desde 1989 desde la caída del muro de Berlín y la desaparición de la Unión Soviética lo que antes era un mundo bipolar, ahora es unipolar.

La dominación militar, en particular, es efectivamente no discutible por lo menos en teoría. La hegemonía de la hiperpotencia norteamericana es real y esta constatación es lo que condujo al gobierno del presidente Bush a querer traducirla desde lo geopolítico con la guerra de Irak y de Afganistán.

Pero, en realidad, nos damos cuenta de que esta hegemonía no se traduce en una dominación real del mundo por los Estados Unidos. Teóricamente si. Pero, no en la realidad. En los últimos diez años han demostrado que el unilateralismo hoy es imposible. Fue como un sueño norteamericano de querer desembarazarse de la Unión Soviética para salir del bilateralismo durante la guerra fría.

Pero este sueño de dominar al mundo solo, en esta especie de soledad arrogante, no va a durar mucho tiempo. Porque la realidad de la guerras de Irak y de Afganistán, o simplemente la realidad del desorden que se mantiene en el oriente próximo, por mas importantes que sean sus recursos militares no es capaz de llevar a cabo en el terreno su supremacía.

EE.UU. no ha ganado ninguna guerra.
No consigue pacificar el oriente próximo ni redefinir el mapa como se proponían los estrategas norteamericanos. Y el tiempo en cierta medida se ha agotado. En el mundo de hoy los conflictos siguen estando localizados en un solo lugar del planeta.

Vivimos un mundo pacificado desde el punto de vista militar. Nunca ha habido un mundo con tan pocas guerras como hoy, contrariamente a las imágenes que nos dan los medios de comunicación. Podemos decir, que no hay conflictos militares tradicionales. En este momento, en el mundo, no hay una guerra entre dos estados y fuera de lo que yo llamo el “foco perturbador” hay muy pocos conflictos.

El conflicto colombiano lleva 50 años. Muy pocos en Asia, la guerra de Sri Lanka que ya terminó, en Filipinas quedan algunos elementos, en África ningún conflicto inter estado, y todos los conflictos del mundo son de un estado contra una organización no estatal armada.

El símbolo del conflicto dominante de nuestra época, el conflicto ejemplar, representativo de los conflictos del mundo es el que opone Estados Unidos con el adversario principal Al Qaeda. Y Al Qaeda es una organización no estatal, que no tiene territorio, un grupo muy difícil de identificar, invisible, y que puede aparecer en cualquier momento con una capacidad de destrucción importante etc.

Y los demás conflictos están en ese foco perturbador, de esa región que va del este de Pakistán, en la frontera entre la India y Paquistán, en el norte pasa por Cachemira o el Cáucaso ruso, el Kurdistán turco. En el este termina en Somalia y en el sur Yemen y Somalia. En el seno de ese círculo se sitúan el 90 por ciento de los conflictos.

Cachemira e India en Pakistán; el conflicto de Pakistán una potencia nuclear, la guerra de Afganistán, la guerra de Irak, las tensiones creadas en torno a Irán -sobre la perspectiva si tendrá o no armas nucleares-, los conflictos Israelo -árabe, israelo palestino, israelo milanés. Los conflictos en torno al Yurdistán ruso, el Cáucaso –hemos visto unas consecuencias dramáticas en Rusia- y está Somalia efectivamente una zona de anomia, quizás Kangasur. Pero fuera de esa área no hay conflictos.

Pero en el seno de esa área, no solo está Estados Unidos muy presente con centenares de miles de hombres, sino que está la principal organización de la alianza militar en el mundo es decir la OTAN. Ninguna guerra se gana. Ni Israel ha ganado su guerra, evidentemente ha ganado muchas batallas, es una superpotencia militar, pero el conflicto sigue.

Por otra parte, EE.UU. no ha podido evitar que el área de inestabilidad se extienda. En el curso estos años, por ejemplo, Corea del Norte se ha dotado del arma nuclear, no la tenía, la tiene ahora.

América Latina

Por otra parte, en América Latina, EE.UU. se ha visto obligado a prestarle menos atención en la medida en que estaba concentrado masivamente en el oriente próximo después de los atentados del 11 de septiembre de 2001.

En América latina, hay estados muy críticos y que además han establecido una serie de alianzas horizontales con los países árabes, con el mundo africano, con China; Rusia, es un actor importante cuando antes no estaba presente.

Curiosamente, durante la guerra fría, había un solo aliado de la URS, Cuba. Hoy, hay muchos aliados de China y de Rusia en A.L. Es decir, que la influencia real de Estados Unidos, ha retrocedido. No quiere decir esto que no la tenga, sigue teniendo influencia y además trata de recuperarla con la cuarta flota etc.

También los países latinoamericanos multiplican las alianzas entre ellos: Unasur, el Alba, etc., uniones económicas que se han desarrollado. Y por consiguiente a escala internacional los EE.UU. a pesar de ser la única superpotencia, hoy día vemos que se ven obligados a compartir el liderazgo.

Y por ejemplo han hecho todo por evitar que Naciones Unidas que tiene cada vez menos la posibilidad de controlar la actividad de Estados Unidos ha conseguido crear un grupo que se ha autodesignado como piloto de tormenta lo que llamamos el G8. Pero, cuando estalló la crisis económica en el primer tablero se vio que no era suficiente para pilotear las dificultades del mundo y Washington ha tenido que aceptar que se amplíe al G20 donde están representados una serie de países de AL, entre ellos, Argentina.

Por otra parte, China se ha transformado en una de las primeras potencias comerciales del mundo y hoy hay alianzas con Brasil, Rusia, África del Sur, India y China que constituyen una perspectiva que le crea un contrapeso importante a los EE.UU. En este segundo tablero las cosas no son lo que parecen, si no lo observamos en detalle.

El tablero de la vida de las sociedades

El tablero tres, es extremadamente importante porque significa las vidas de las sociedades.

Quisiera recordarles algunas cifras que todos conocen pero que conviene tener memoria. Cuando termine de hablar durante 45 minutos: habrán muerto 45 mujeres en el mundo durante el parto; 90 niños habrán muerto solo en África por malaria, porque mueren dos por minuto, constantemente; 450 niños van a morir porque han bebido agua de mala calidad. (10 por minuto, de cada día, semana, de cada mes, de cada año); 945 niños de menos de cinco años habrán muerto por enfermedades fácilmente curables porque mueren 21 niños por minuto por falta de medicamentos.

Es decir, todas estas personas que van a morir mientras estamos hablando; y de lo cual los medios de comunicación no hablarán porque no tiene nada de excepcional, no habrán muerto por fatalidad, sino porque son pobres. Lo que mata a estas personas es la pobreza.

Y ustedes saben que los pobres abundan en esta tierra, porque el 40 por ciento de la humanidad vive con menos de 2 dólares al día –somos 6500 millones de habitantes-, piensen, que una vaca europea recibe una subvención diaria de 5 dólares al día. En este mundo vale más ser una vaca europea que una persona pobre del mundo. Es absolutamente trágico.

A pesar de los esfuerzos que se están haciendo en materia de educación sigue habiendo más de 800 millones de analfabetos en el mundo de los cuales 70 por ciento son mujeres o niños. Casi un poco más de un tercio de la humanidad no dispone de alcantarillas, y de baños, y hace sus necesidades en la naturaleza contaminando y difundiendo enfermedades. Y una persona de cada tres no tiene electricidad.

Por consiguiente, las cuestiones de desarrollo siguen siendo cuestiones prioritarias en el mundo, cuando lo que sobra es el dinero. Sobra dinero para dar hasta una renta personal, de por vida, a cada ciudadano del mundo por eso varias asociaciones de ciudadanos piden que se cree esta renta de subsistencia, porque existen los medios para hacerlo.

Durante el periodo neoliberal, todas las ayudas al desarrollo y estatales han sido disminuidas y al contrario se ha transferido la responsabilidad al sector privado. Se llama sector humanitario y ahora asume esta función exigiendo y culpabilizando a la sociedad que tiene que dar dinero para ayudar a los damnificados de Haití, a los niños pobres de África, cuando los estados han dejado de hacerlo.

En los noventa, la ayuda al desarrollo de los países ricos contribuía con el 0,33 por ciento del PIB y se pide el 0,7 por ciento. Hoy, los países ricos consagran el 0,25 mucho menos que en los noventa. En este tercer tablero vemos que la sociedad pide mayor justicia social, mayor igualdad, y mayor esfuerzo al desarrollo.

Y las relaciones de riqueza y pobreza no han cambiado. Recuerden que si dividimos la población mundial en cinco grupos de acuerdo a sus recursos, el primer grupo 20 por ciento de la población mundial posee el 80 por ciento de los recursos y el último grupo, el más pobre, posee menos del 0, 5 por ciento de la riqueza.

Este es un mundo desigual, y es absolutamente excepcional que los 3 mil millones de habitantes no se subleven. Es un milagro; que no protesten más, que no reclamen más, que no griten más fuerte, con este desorden establecido.

La crisis climática

Y quisiera terminar con el cuarto tablero que obviamente se ha transformado en los últimos tiempos en el más importante. A pesar de que cada uno de los otros es capital. Porque ahora sentimos que la principal amenaza, para todos nosotros, en tanto genero humano, es la crisis climática que no va hacer distinciones entre los países desarrollados y no desarrollados, entre las familias acaudaladas y las desheredadas. La crisis climática es para todos.

Es decir, que el modelo mismo de desarrollo que hemos adoptado, tan desigual, este modelo de explotación de la naturaleza y de producción, esta creando un efecto invernadero que provoca un recalentamiento con miles de desórdenes climáticos que empezamos a ver. Se están derritiendo los glaciares, los polos, se está calentando el agua de mar, está aumentando el nivel del mar y pone en peligro la existencia de países en particular archipiélagos.

Está aumentando la desertificación en muchas regiones del mundo y si esto aumenta se producirán las guerras climáticas. Ustedes han oído hablar de la guerra de Sudán: es la primera guerra climática; porque la zona desértica se ha extendido hacia el norte y ha empujado a las poblaciones nómadas que ahí podían subsistir, hasta las zonas donde están los campesinos establecidos y esto ha producido un choque que ha causado centenares de miles de muertos.

Pero, se estima que, si seguimos degradando el clima, y no cambiamos el modelo energético, son centenares de millones de personas las que se pondrán en movimiento para huir de las zonas inundadas o desérticas. Ayer comentábamos con el doctor Cepeda en San Juan -una provincia hermosa, excepcional, un oasis gracias a las aguas del Río San Juan que vienen de un glaciar-, que el día que ese glaciar desaparezca, desaparecerá San Juan, y los habitantes se irán a otras partes y tendremos guerras climáticas al interior de los países.

Es dramático, que en la conferencia de Copenhague –estaba presente ahí- no haya tenido resultados por la ceguera, el egoísmo, la miopía que tienen muchos dirigentes – no todos- afortunadamente los dirigentes latinoamericanos han sido absolutamente coherentes, especialmente el presidente boliviano Evo Morales, el venezolano Hugo Chávez y el ecuatoriano Rafael Correa.

Los cinco desafíos


Si vemos estos tableros, enfrentamos cinco grandes desafíos. Primero: el cambio climático. Cada uno de nosotros debe estar conciente que este es el peligro inminente para la especie humana. Segundo, la bomba de la pobreza. Pasa el tiempo y el número de pobres aumenta. Aunque, en algunos países de América Latina disminuye gracias a las políticas progresistas de muchos gobiernos. Tercero, el fin del petróleo, la necesidad de un cambio de la energía dominante. Cuarto, una amenaza que no se puede excluir de guerra nuclear, o por lo menos de proliferación nuclear. Quinto, una amenaza de quiebre de estados y de hiperinflación para borrar los efectos de la crisis sistémica y que se traduce en más pobreza para los pueblos.

Cinco medidas urgentes que convendría tomar :

1-Instaurar una tasa internacional de redistribución solidaria sobre los beneficios financieros, bursátiles y del mercado de cambio (Tasa Tobin). Es indispensable, necesario, urgente. Muchos países capitalistas lo están diciendo.

2- Suprimir los paraísos fiscales, es más urgente que nunca. Los han suprimido administrativamente pero existen.

3- Instaurar una tasa carbono internacional. Si hay una producción con alto consumo de CO2 que produce el efecto invernadero debe estar tasada más altamente para incitar a producir productos con menos carbono.

4- Producir la desnuclearización del mundo

5- Suprimir definitivamente, sin que se vuelva a discutir, la deuda externa a los países pobres.

Muchas gracias".


Transcripción y edición Katy García

www.prensared.com.ar

domingo, 29 de agosto de 2010

El poder come miedo. Sin los demonios que crea, perdería sus fuentes de justificación, impunidad y fortuna.


Peligro
por Eduardo Galeano*

El poder come miedo. Sin los demonios que crea, perdería sus fuentes de justificación, impunidad y fortuna. Sus satanes (Bin Laden, Saddam Hussein o los próximos que aparezcan) trabajan, en realidad, como gallinas de los huevos de oro: ponen miedo. ¿Qué conviene enviarles? ¿Verdugos que los ejecuten o médicos que los cuiden? El miedo distrae y desvía la atención. Si no fuera por los servicios que presta, lo evidente quedaría en evidencia: en realidad, el poder se mira al espejo y nos asusta contando lo que vio. Peligro, peligro, grita el peligroso.

El patriotismo es un privilegio de los que mandan. Cuando lo ejercen los mandados, ¿se reduce a mero terrorismo? ¿Son terroristas y nada más que eso, pongamos por caso, los actos de desesperación suicida de los palestinos desalojados de su país y los ataques de la resistencia nacional contra las fuerzas extranjeras que ocupan Irak?

El mundo patas arriba nombra al revés. El poder, enmascarado, niega el sentido común.

Si así no fuera, ¿podría caber alguna sombra de duda de que el actual gobierno de Israel practica el terrorismo, el terrorismo de Estado, y difunde la locura? A medida que ese gobierno devora más y más tierras y más humillaciones inflige al pueblo palestino, más respuestas criminales genera. Y esos atentados, que matan inocentes, le sirven de pretexto para matar muchos más inocentes y para cometer cuantas atrocidades se le ocurran.

Si algún resto de sentido común quedara en el mundo, resultaría increíble que Ariel Sharon pueda hacer lo que está haciendo con absoluta impunidad, como si fuera la cosa más normal: invade y acribilla territorios ajenos; alza un muro que deja chico al de Berlín, de triste memoria, para blindar lo que usurpa; anuncia públicamente que asesinará a Yasser Arafat, un jefe de Estado democráticamente elegido por su pueblo; y bombardea Siria, a sabiendas de que los Estados Unidos vetarán, como de costumbre, cualquier condenación del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.

Ocurre que en este mundo los países y las personas se cotizan en la Bolsa, y su valor depende de la geografía del poder. ¿Cuántos inocentes volaron en pedazos, sin comerla ni beberla, en la última guerra de Irak? Los vencedores no han tenido tiempo para contar a sus víctimas, civiles que existían y ya no existen, porque han estado ocupados buscando las armas de destrucción masiva que no existían ni existen.

No hay, pues, cifras oficiales. Los cálculos oficiosos más serios han contado, sin embargo, no menos de siete mil setecientos muertos civiles, muchos de ellos niños, mujeres y viejos. ¿Cuánto valen esas vidas? En proporción a la población, la cantidad de iraquíes destripados equivale a noventa y cuatro mil estadounidenses.

¿Qué hubiera pasado si el país invasor hubiera sido el país invadido? Las víctimas norteamericanas de semejante carnicería seguirían siendo el tema perpetuo de los medios de comunicación masiva. Las víctimas iraquíes no merecen, en cambio, nada más que silencio. De sobra se sabe que el robo fue el único móvil de esta matanza, cometida con premeditación y alevosía. Pero los asesinos en serie siguen diciendo que hicieron lo que hicieron en defensa propia, y no están presos ni arrepentidos.

El crimen paga: desde las cumbres del poder, ellos amenazan al mundo con nuevas hazañas, mintiendo peligros, inventando enemigos, sembrando el pánico.

El presidente Bush adora citar el Apocalipsis, pero más práctico sería que citara los noticieros, que son más actuales y dicen más o menos lo mismo. Aquel espeluznante texto bíblico, una profecía contada en tiempo pasado, era más bien exagerado y se equivocaba en las cifras, pero hay que reconocer que las noticias del mundo de hoy se le parecen bastante. Decía el Apocalipsis: “Junto al gran río Eufrates fue exterminada la tercera parte de los hombres por el fuego, el humo y el azufre”.

Y también decía: “La tercera parte de la tierra quedó abrasada, la tercera parte de los árboles quedó abrasada, toda hierba verde quedó abrasada. Pereció la tercera parte de las criaturas que tienen vida en el mar. Mucha gente murió por las aguas de los ríos, que se habían vuelto amargas.” El autor, San Juan o quien haya sido, atribuía estas catástrofes a la ira divina.

El nunca había oído hablar de las bombas inteligentes, ni del dióxido de carbono, ni de la lluvia ácida, ni de los pesticidas químicos, ni de la basura radiactiva. Y no podía imaginar que la sociedad de consumo y la tecnología de la devastación serían más temibles que la cólera de Dios.

Bombas contra la gente, bombas contra la naturaleza. ¿Y las bombas de dinero? ¿Qué sería de este modelo de mundo enemigo del mundo sin sus guerras financieras? En más de medio siglo de existencia, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional han exterminado una cantidad de gente infinitamente mayor que todas las organizaciones terroristas que en el mundo son o han sido. Ellas han contribuido, de muy poderosa manera, a hacer el mundo tal cual es. Ahora este mundo, que hierve de indignación, asusta a sus autores. “El Banco Mundial, apóstol de la privatización, sufre una crisis de fe”, comenta el diario The Wall Street Journal.

En un informe reciente, el Banco descubre que la privatización de los servicios públicos, que sus funcionarios han impuesto y siguen imponiendo a los países débiles, no es exactamente un maná del Cielo, sobre todo para los pobres abandonados a su suerte. Alarmado por las consecuencias de sus actos, el Banco dice, ahora, que habría que consultar a los pobres y que los pobres "tendrían que supervisar las inversiones privadas”, aunque no explica cómo podrían realizar esta tareíta.

Y los pobres también preocupan al Fondo Monetario, que se ha pasado la vida estrangulándolos: “Es preciso disminuir las desigualdades sociales” concluye el director del Fondo, Horst Köhler, después de meditar el asunto. Los pobres no saben cómo agradecer tanta gentileza.

Estos organismos, que ejercen la dictadura financiera en el orden democrático, de democráticos no tienen nada: en el Fondo, cinco países deciden todo; en el Banco, siete. Los demás ni pinchan ni cortan. Tampoco es democrática la dictadura comercial.

En la Organización Mundial de Comercio nunca se vota, aunque el voto está previsto en los estatutos. La organización colonial del planeta correría peligro si los países pobres, que suman la abrumadora mayoría, pudieran votar. Ellos están convidados al banquete, para ser comidos. La dignidad nacional es una actividad no rentable condenada a desaparecer, como la propiedad pública, en el mundo subdesarrollado.

Pero cuando las dignidades se juntan, otro gallo canta. Eso ocurrió en Cancún, recientemente, en la reunión de la OMC: los países despreciados, los mentidos, se unieron en un frente común, por primera vez después de muchos años de soledad y de miedo. Y naufragó la reunión, convocada, como de costumbre, para que la mayoría ejerciera su derecho de obediencia.

Está ocurriendo por todas partes: resulta que el poder no es tan poderoso como dice que es.

Fuente: RedVoltaire

martes, 24 de agosto de 2010

Los asesinos del Bosque

Córdoba -Política


Los asesinos del Bosque
Más allá de la retórica, todo el arco justicialista, más el arco radical, y la mitad de los juecistas, votaron a favor de una ley que condena al bosque nativo. El proyecto concesuando de la CTBN fue a la papelera. Quiénes apoyaron qué y por qué es una información fundamental para el ciudadano-voto del 2011.

2010-08-13 -


Por Graciela Pedraza *


El legislador Marcelo Falo me hizo pensar en Judas. Según los Evangelios, el tal Iscariote siguió los pasos de Jesús durante mucho tiempo y después reveló a los miembros del Sanedrín, es decir, de la asamblea de notables, dónde y cómo capturar a su maestro.

El legislador Marcelo Falo siguió durante mucho tiempo los pasos de la Comisión de Ordenamiento Territorial de los Bosques Nativos de la Provincia de Córdoba (COTBN), y luego reveló a los miembros de la Unicameral, dónde y cómo hacer naufragar el proyecto laboriosamente trabajado por la COTBN.

Los que le bajaron el pulgar a Cristo era la chusma de aquel entonces, mientras que en la Córdoba 2010, el grupo lo integra un puñado de empresarios del campo cuyo capricho, ambición y ceguera, harán desaparecer los restos de floresta autóctona que aún nos queda: entre un 5% y un 6%.

El proyecto que aprobaron los legisladores (cuyos sueldos pagamos todos pero que sólo satisfacen los intereses de unos pocos), viola la ley nacional de bosques nativos al permitir que se exploten áreas rojas de conservación. De los 16 millones de hectáreas que tiene Córdoba, el 70%, es decir, 12 millones, estaba cubierto un siglo atrás por bosques nativos. Hoy sólo quedan unas 600 mil hectáreas; de manera que contamos con la tasa más alta de deforestación del país, y doce veces superior a la media mundial.

Escuchar a Marcelo Falo cuando da explicaciones (¿recuerdan que olvidaba pagar la luz?) exige, más que un ejercicio de paciencia, un seminario de control mental para contenerse ante tanto cinismo.

De la noche a la mañana, Falo, que preside la comisión de Ecología de la Unicameral, cocinó entre gallos y medianoche -con su bloque, la Unión Cívica Radical y la mitad del Frente Cívico- un proyecto paralelo que da por el suelo toda la investigación realizada por especialistas; estudiosos que sólo pretenden impedir que nuestros hijos y los hijos de sus hijos, vivan en un desierto y mastiquen sólo soja.

A los cordobeses nos han faltado agallas para frenar la estocada, por indolencia o ignorancia sobre la magnitud de lo que se viene. Mañana lloraremos lágrimas de cocodrilo ante la escasez de agua, la sequía, los vientos, la tierra que envuelve rutas y provoca accidentes, la contaminación, los incendios, la mortandad animal…

Los cordobeses seguimos anestesiados por los grandes medios que han dedicado días y meses a justificar la violencia y el corte de rutas de los dueños de campos, pero en cambio se cuidaron muy bien de denunciar el daño terrible que implica la aprobación de esta ley. Sólo información anodina, descomprometida y/o mentirosa, salpica las páginas y los micrófonos, mientras la tevé empuja hacia arriba el rating de Tinelli.

Nosotros hemos elegido a quienes nos están gobernando y pretenden seguir en el candelero. De manera que aquí van los nombres de aquellos que, en lugar de beneficiar a la mayoría, protegieron sólo los intereses de un sector. El 2011 no está lejos.

Así votaron

Por la protección de los bosques

Concertación Plural: Enrique Asbert y Silvia Rivero; Frente para la Victoria, Ochoa Romero; Coalición Cívica, Omar Ruiz; Vecinalismo Independiente, Genesio de Stabio; Peronismo Militante – Partido Comunista, Nadia Fernández.

Por la Izquierda Socialista, Liliana Olivero y por el Frente Cívico, Raúl Jiménez
Nancy Lizzul, César Serra y Augusto Varas. Adela Coria (ex frente cívico) también votó a favor.

Por la destrucción del bosque nativo

Bloque Unión Por Córdoba: Alarcia, María Leonor, Alesandri, Carlos Tomás Altamirano, Alfredo, Bressan, Estela Beatriz, Brügge, Juan Fernando, Busso, Sergio Sebastián, Carbonetti, Domingo, Carreras, José Benito, Chiófalo, María Amelia, Cid, Juan Manuel, Cuello, Hugo, Falo, Marcelo, Flores, Ernesto Ramón, Frossasco, Horacio Marcelo, Gamaggio Sosa, Marisa, Genta, Mabel del Carmen, Heredia, Dante Fortunato Ipérico, Nelson José, Lobo, Hector Reinaldo, Manzanares, María Graciela, Minelli, Susana Margarita, Monier, José Omar, Narducci, Alicia, Nieto, Gladys del Valle, Pagliano, Roberto Oscar, Passerini, Daniel Alejandro, Podversich, Norberto Luis Rosso, Milena, Scarlatto, Jose Luis, Sella, Orlando Enrique, Senn, Horaldo Alejo, Solusolia, Walter Osvaldo, Valarolo, Mirtha del Carmen, Vasquez, Mario Alberto Y Vega, Horacio Daniel

Bloque Unión Cívica Radical: Calvo Aguado, María Soledad, Cargnelutti, Alicio, Cugat, Alfredo Jesús, Dressino, Ana Maria, Giaveno, Carlos José, Gudiño, Italo, Matar, María Alejandra, Nicolás, Miguel Osvaldo, Poncio, Norma María, Pozzi, Hugo Alberto, Razzetti, Edmundo, Rossi, Dante Valentín.

Frente Cívico: Eduardo Bischoff, Rodrigo Serna, César Seculini y Esmeralda Rodríguez.

* Periodista

www.prensared.com.ar

domingo, 22 de agosto de 2010

Un mundo de hambre




por Katia Monteagudo

La conservadora meta de reducir el hambre en el mundo, plasmada en el primer Objetivo de Desarrollo del Milenio, se tornó ya inalcanzable en un planeta con más de 1 mil millones de personas hambrientas. Lejos de disminuir, el número de desnutridos aumenta vertiginosamente

La Habana, Cuba. La cantidad de personas hambrientas en el mundo sigue en ascenso, asegura la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para la Agricultura y la Alimentación (FAO) en su más reciente informe sobre el estado de la inseguridad alimentaria del planeta.

La sexta parte de la población mundial padece grandes faltas de alimentos, con lo que prácticamente se sentencia a muerte el cumplimiento del primer Objetivo de Desarrollo del Milenio de la ONU para 2015.

Con 1 mil 20 millones de seres humanos sin comestibles –170 millones de éstos son niños menores de cinco años–, ya resulta inalcanzable la meta propuesta por la ONU: reducir a menos de 420 millones las personas hambrientas en el mundo.

Esas cantidades de mal nutridos resultan las mayores cifras de los últimos 40 años, y un empeoramiento de los índices globales de pobreza en apenas un quinquenio.

Tal tendencia coloca a la humanidad ante uno de sus mayores desafíos, porque estos desajustes empeoran en los países y regiones más vulnerables de la tierra, y donde se concentra la mayor parte de la población mundial.

De los que hoy sufren hambre en el mundo, 642 millones viven en Asia y el Pacífico; 265 millones, en África subsahariana; 53 millones, en América Latina y el Caribe; 42 millones, en el Medio Oriente y el norte de África, y 15 millones en los países industrializados.

Los datos del informe, producido por la FAO y el Programa Mundial de Alimentación (PMA) de la ONU, muestran además que, entre 2004 y 2007, hubo un crecimiento muy significativo.

Sólo en ese lapso, 75 millones de personas pasaron a formar parte de las filas de hambrientos.

Este hecho resulta desesperanzador, especifica el análisis, porque en la década de 1980 y principios de 1990, el mundo tenía algunos progresos en la reducción de este flagelo crónico.

Tres cuartas partes del monto total de hambrientos son campesinos pobres, especifica Gemmo Lodesani, responsable del PMA en Bruselas.

Dato desolador, insiste Lodesani, porque quienes no tienen un nivel nutricional suficiente para tener una vida normal y productiva son también quienes deben hacer producir la tierra.

Para Lodesani, el aumento de la población mundial será otra de las problemáticas por enfrentar, ya que en 2050 los habitantes del globo terráqueo sumarán más de 9 mil millones.

Para cubrir sus demandas de alimentos, calcula la FAO, será imprescindible elevar en un 70 por ciento la producción mundial de comestibles, en comparación con los niveles actuales.

Pero en la era del cambio climático y el declive terminal de la producción de hidrocarburos, este porcentaje es casi una quimera.

El crecimiento de la demanda tendrá que satisfacerse, refieren los analistas, en condiciones de creciente escasez de agua, salinidad elevada de los suelos y condiciones meteorológicas y climáticas más variables y adversas.

En este sentido, es cada vez mayor el número de expertos y formuladores de políticas que coinciden en la importancia de elevar las inversiones en el sector agrícola, las ciencias agrarias y las nuevas tecnologías.

Aunque Olivier de Schutter, relator especial de la ONU para el Derecho a la Alimentación, cree que el mundo aún no está preparado para reducir los números de seres desnutridos. Además de producir más, afirma, serán necesarias distintas estrategias para una mayor cooperación internacional y nuevos mecanismos de producción y distribución.

Durante las últimas décadas, las inversiones globales para la agricultura han venido disminuyendo, lo que ha conducido a un lento crecimiento de la productividad de este sector.

La FAO precisa que los países en vías de desarrollo deben invertir 44 mil millones de dólares anuales para alimentar a su población, pero esos aportes no pasan de los 8 mil millones de dólares.

A esta problemática se suman las previsiones de varias agrupaciones internacionales sobre el futuro de la producción de alimentos en el planeta, bajo los desajustes climáticos.

Científicos del Programa de Seguridad Alimentaria y Ambiente de la Universidad Stanford de California, en Estados Unidos, advierten que el cambio climático podría elevar mucho más los precios de los alimentos y provocar mayores cifras de hambrientos.

Para hacer frente a estos desafíos, será imprescindible desarrollar un sistema agrícola y de alimentación mundial más productivo y sostenible, advierten todos, pero el trecho por recorrer resulta largo y difícil en un mundo donde ya el hambre resulta crónica.

La FAO alerta que si las temperaturas del planeta siguen en aumento, podrían reducirse considerablemente los ingredientes de la dieta básica de millones de latinoamericanos, caribeños, africanos y asiáticos.

La escasez resultante de las malas cosechas, indica, podría ocasionar otra gran alza de precios en el mercado, superior a la de 2008, la peor de todos los tiempos.

Esta predicción la comparten el International Food Policy Research Institute (IFPRI), el Asian Development Bank y el Banco Mundial.

Como consecuencia del calentamiento global, aseguran las entidades citadas, las cosechas de arroz y trigo de los países en vías de desarrollo podrían disminuir hasta un 19 y 34 por ciento, respectivamente, para 2050.

Dentro de cuatro décadas, los agricultores del sur de Asia podrían recolectar la mitad de sus siembras de trigo, debido a la caída de los rendimientos. Igual puede que cueste 334 dólares la tonelada de ese cereal, más del doble de su precio en 2000.

También la tonelada de arroz podría dispararse hasta 421 dólares y a 240 esa misma cantidad de maíz.

La FAO está convencida de que en el incremento de la hambruna actual, además de las malas cosechas, otros factores económicos están siendo decisivos. El alza de los precios nacionales, la reducción de los ingresos familiares y el aumento del desempleo son algunos de éstos. Los altos costos son motivo de preocupación de la FAO, porque ésta bien sabe de sus impactos negativos en la seguridad alimentaria de las poblaciones más vulnerables.

Las estadísticas de esta entidad muestran que los precios internos en los países en desarrollo siguen siendo elevados y, en algunos casos, superiores a los del fatídico 2008.

En el África Oriental, los cereales fluctúan dentro de un margen estrecho desde julio de 2009. El maíz, en los mercados de Uganda, Kenya y la República Unida de Tanzania, está un 80 por ciento más alto que dos años atrás. En Afganistán, la harina de trigo cuesta casi el doble, y en Pakistán, un 70 por ciento más.

En América Latina, los precios totales subieron un 41 por ciento, de 2006 a enero del presente año, afirma José Graciano Da Silva, representante de la FAO para la región.

Si bien los precios globales comenzaron a bajar desde mediados de 2008, una gran parte de esta disminución no se trasladó a los consumidores, porque a los intermediarios y comerciantes no les resulta rentable vender barato los inventarios que compraron anticipadamente a caros precios, detalla Da Silva.

Mientras hoy millones carecen de pan diario y se les pronostica peores días, los londinenses pueden comer 8 mil millones de veces al año, según la alcaldía de la capital del Reino Unido.

Por esta sola acción, Londres genera 19 millones de toneladas de gases contaminantes, además de otros 6.3 millones por desechar, un tercio de los alimentos que ahí compran.

Este ejemplo ilustra el complejo drama de la lucha contra el hambre planetaria, porque, a costa del bienestar de unos pocos, muchos están condenados a perecer.

En la mitad de la actual centuria, alerta la FAO, podría haber un 20 por ciento más de personas desnutridas, tan sólo por los desarreglos del clima.

También el IFPRI advierte que la crisis alimentaria, junto con la energética y los problemas del cambio climático, ocasionará mayores cifras de pobres y hambrientos.

No obstante, la FAO desarrolla múltiples proyectos mundiales para que sigan progresando las ciencias agrícolas, con el fin de producir mayores volúmenes de comestibles provenientes de la tierra.

En la actualidad se avanza en esta especialidad, reconoce la entidad, con lo cual se debe enfrentar el abrupto crecimiento de la población mundial, calculada hoy en más de 6 mil 700 millones de personas.

Pero para 2025, casi 2 mil millones de habitantes más poblarán el planeta, por lo que urge acelerar las estrategias para el fomento de recursos alimentarios, ya que el futuro avizora que la mayoría de los seres humanos seguirá viviendo en un mundo de hambre.

(fuente: RedVoltaire)


domingo, 27 de junio de 2010

Los dueños del sistema

El poder oculto: de donde nace la impunidad de Israel
por Manuel Freytas* 21 DE JUNIO DE 2010

La gran complicidad internacional con las masacres periódicas israelíes no se gestan por miedo a Israel, sino por miedo a lo que representa el Estado judío. Israel es el símbolo más emblemático, la patria territorial del sionismo capitalista que controla el mundo sin fronteras desde los directorios de los bancos y corporaciones trasnacionales. Israel, básicamente, es la representación nacional de un poder mundial sionista que es el dueño del Estado de Israel tanto como del Estado norteamericano, y del resto de los Estados con sus recursos naturales y sistemas económico-productivos. Y que controla el planeta desde los bancos centrales, las grandes cadenas mediáticas y los arsenales nucleares militares.

El poder oculto

Israel, es la más clara referencia geográfica del sistema capitalista trasnacionalizado que controla desde gobiernos hasta sistemas económico productivos y grandes medios de comunicación, tanto en los países centrales como en el mundo subdesarrollado y periférico.

El Estado judío, más allá de su incidencia como Nación, es el símbolo más representativo de un poder mundial controlado en sus resortes decisivos por grupos minoritarios de origen judío, y conformado por una estructura de estrategas y tecnócratas que operan las redes industriales, tecnológicas, militares, financieras y mediáticas del capitalismo trasnacional extendido por los cuatro puntos cardinales del planeta.

Con una población de alrededor de 7,35 millones de habitantes, Israel es el único Estado judío del mundo.

Pero cuando hablamos de Israel, hablamos (por extensión) de la referencia más significante de un sistema capitalista globalizado que controla gobiernos, países, sistemas económicos productivos, bancos centrales, centros financieros, arsenales nucleares y complejos militares industriales.

Cuando hablamos de Israel, hablamos antes que nada de un diseño estratégico de poder mundial que lo protege, interactivo y totalizado, que se concreta mediante una red infinita de asociaciones y vasos comunicantes entre el capital financiero, industrial y de servicios que convierte a los países y gobiernos en gerencias de enclave.

El lobby sionista que sostiene y legitima la existencia de Israel, no es un Estado en el lejano Medio Oriente, sino un sistema de poder económico planetario (el sistema capitalista) de bancos y corporaciones trasnacionales con judíos dominando la mayoría de los paquetes accionarios o hegemonizando las decisiones gerenciales desde puestos directrices y ejecutivos.

Quien se tome el trabajo de investigar el nombre de los integrantes de los directorios o de los accionistas de la grandes corporaciones y bancos transnacionales estadounidenses y europeos que controlan desde el comercio exterior e interior hasta los sistemas económico productivos de los países, tanto centrales como «subdesarrollados» o «emergentes», podrá fácilmente comprobar que (en una abrumante mayoría) son de origen judío.

Los directivos y accionistas de las primeras treinta megaempresas trasnacionales y bancos (las más grandes del mundo) que cotizan en el indice Dow Jones de Wall Street, son mayoritariamente de origen judío.

Megacorporaciones del capitalismo sin fronteras como Wal-Mart Stores, Walt Disney, Microsoft, Pfizer Inc, General Motors, Hewlett Packard, Home Depot, Honeywell, IBM, Intel Corporation, Johnson & Johnson, JP Morgan Chase, American International Group, American Express, AT & T, Boeing Co (armamentista), Caterpillar, Citigroup, Coca Cola, Dupont, Exxon Mobil (petrolera), General Electric, McDonalds, Merck & Co, Procter & Gamble, United Technologies, Verizon, son controladas y/o gerenciados por capitales y personas de origen judío.

Estas corporaciones representan la crema de la crema de los grandes consorcios trasnacionales judeo sionistas que, a través del lobby ejercido por las embajadas estadounidenses y europeas, dictan y condicionan la política mundial y el comportamiento de gobiernos, ejércitos, o instituciones mundiales oficiales o privadas.

Son los amos invisibles del planeta: los que manejan a los países y a presidentes por control remoto, como si fueran títeres de última generación.

Quien investigue con este mismo criterio, además, los medios de comunicación, la industria cultural o artística, cámaras empresariales, organizaciones sociales, fundaciones, organizaciones profesionales, ONGs, tanto en los países centrales como periféricos, se va a sorprender de la notable incidencia de personas de origen judío en sus más altos niveles de decisión.

Las tres principales cadenas televisivas de EEUU (CNN, ABC, NBC y Fox) , los tres principales diarios (The Wall Street Journal,The New York Times y The Washington Post) están controlados y gerenciados (a través de paquetes accionarios o de familias) por grupos del lobby judío, principalmente neoyorquino.

Asimismo como las tres más influyentes revistas (Newsweek,Time y The New Yorker), y consorcios hegemónicos de Internet como Time-Warner (fusionado con América on Line) o Yahoo, están controlados por gerenciamiento y capital judío que opera a nivel de redes y conglomerados entrelazados con otras empresas.

Colosos del cine de Hollywood y del espectáculo como The Walt Disney Company, Warner Brothers, Columbia Pictures, Paramount, 20th Century Fox, entre otros, forman parte de esta red interactiva del capital sionista imperialista.

La concentración del capital mundial en mega-grupos o mega-compañías controladas por el capital sionista, en una proporción aplastante, posibilita decisiones planetarias de todo tipo, en la economía, en la sociedad, en la vida política, en la cultura, etc., y representa el aspecto más definitorio de la globalización impuesta por el poder mundial del sistema capitalista imperial.

El objetivo central expansivo de este capitalismo sionista trasnacionalizado es el control y el dominio (por medio de las guerras de conquista o de «sistemas democráticos) de recursos naturales y sistemas económico - productivos, en un accionar que sus defensores y teóricos llaman “políticas de mercado”».

El capitalismo transnacional, a escala global, es el dueño de los estados y sus recursos y sistemas económico- productivos, no solamente del mundo dependiente, sino también de los países capitalistas centrales.

Por lo tanto los gobiernos dependientes y centrales son gerencias de enclave (por izquierda o derecha) que con variantes discursivas ejecutan el mismo programa económico y las mismas líneas estratégicas de control político y social.

Este capitalismo transnacional «sin fronteras» del lobby sionista que sostiene al Estado de Israel se asienta en dos pilares fundamentales: la especulación financiera informatizada (con asiento territorial en Wall Street ) y la tecnología militar-industrial de última generación (cuya expresión máxima de desarrollo se concentra en el Complejo Militar Industrial de EEUU).

El lobby sionista internacional, sobre el cual se asientan los pilares existenciales del Estado de Israel, controla desde gobiernos, ejércitos, policías, estructuras económicos productivas, sistemas financieros, sistemas políticos, estructuras tecnológicas y científicas, estructuras socio-culturales, estructuras mediáticas internacionales, hasta el poder de policía mundial asentado sobre los arsenales nucleares, los complejos militares industriales y los aparatos de despliegue militar de EEUU y de las potencias centrales.

A ese poder, y no al Estado de Israel, es al que temen los presidentes, políticos, periodistas e intelectuales que callan o deforman a diario los genocidios de Israel en Medio Oriente temerosos de quedar sepultados de por vida bajo la lápida del «antisemitismo».

El lobby imperial

El lobby sionista pro-israelí, la red del poder oculto que controla Casa Blanca, el Pentágono y la Reserva Federal no reza en las sinagogas sino en la Catedral de Wall Street. Un detalle a tener en cuenta, para no confundir la religión con el mito y el negocio.

Cuando se refieren al lobby sionista (al que llaman lobby pro-israelí) la mayoría de los expertos y analistas hablan de un grupo de funcionarios y tecnócratas, en cuyas manos está el diseño y la ejecución de la política militar norteamericana.

A este lobby de presión se le atribuye el objetivo estratégico permanente de imponer la agenda militar y los intereses políticos y geopolíticos del gobierno y el Estado de Israel en la política exterior de EEUU.

Como definición, el lobby pro-israelí es una gigantesca maquinaria de presión económica y política que opera simultáneamente en todos los estamentos del poder institucional estadounidense: Casa Blanca, Congreso, Pentágono, Departamento de Estado, CIA y agencias de la comunidad de inteligencia, entre los mas importantes.

Por medio de la utilización política de su poder financiero, de su estratégica posición en los centros de decisión, los grupos financieros del lobby ejercen influencia decisiva en la política interna y externa de EEUU, la primera potencia imperial, además de su papel dominante en la financiación de los partidos políticos, de los candidatos presidenciales y de los congresistas.

A nivel imperial, el poder financiero del lobby se expresa principalmente por medio de la Reserva Federal de EEUU, un organismo clave para la concentración y reproducción del capital especulativo a nivel planetario.

El corazón del lobby sionista estadounidense es el poderoso sector financiero de Wall Street que tiene directa implicancia y participación en el nombramiento de funcionarios claves del gobierno de EEUU y de los órganos de control de política monetaria e instituciones crediticias (nacional e internacional) con sede en Washington y Nueva York.

Los organismos económicos financieros internacionales como la OCDE, el Banco Mundial, el FMI, están bajo directo control de los bancos centrales y de los gobiernos de EEUU y de las potencias controladas por el lobby sionista internacional (Gran Bretaña, Alemania, Francia, Japón, entre las más relevantes).

Organizaciones y alianzas internacionales como la ONU, el Consejo de Seguridad y la OTAN están controlados por el eje sionista USA-Unión Europea cuyas potencias centrales son las que garantizan la impunidad de los exterminios militares de Israel en Medio Oriente, como sucedió con la última masacre de activistas solidarios con el pueblo de Gaza.

Las principales instituciones financieras del lobby (Goldman Sachs, Morgan Stanley, Lehman Brothers, etc) y los principales bancos (Citigroup, JP Morgan y Merrill Lynch, etc), influyen decisivamente para el nombramiento de los titulares de la Reserva Federal, el Tesoro, y la secretaría de Comercio, además de los directores del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional.

El mito del «antisemitismo»

A este fenómeno de «poder capitalista mundial» judío, y no a Israel, es lo que temen los presidentes, políticos, periodistas, e intelectuales que evitan puntillosamente condenar o nombrar los periódicos genocidios militares de Israel en Gaza, repitiendo lo que ya hicieron durante la masacre israelí en Libano en el 2006.

La gran complicidad internacional con las masacres periódicas israelíes no se gestan por miedo al Estado de Israel sino por miedo a lo que representa el Estado de Israel.

No se trata de Israel, un Estado sionista más, sino del «Gran Israel», la patria del judaísmo mundial (con territorio robado a los palestinos), de la cual todos los judíos del mundo se sienten sus hijos pródigos desperdigados por el mundo.

No se trata de Israel, sino de las poderosas organizaciones y comunidades judías mundiales que apoyaron en bloque el genocidio militar de Israel en Gaza, que utilizan su poder y «escala de prestigio» (construida mediante su victimización histórica con el Holocausto) para convertir en un leproso social al que se atreva criticar o a levantar la voz contra el exterminio militar israelí en Gaza.

Los gobiernos del mundo capitalista, los periodistas, intelectuales, organizaciones sindicales y sociales no le temen a Israel, sino a su lapidación social como «antisemita» (mote que se le otorga al que enfrenta y/o denuncia al sionismo judío).

No le temen al Estado de Israel, sino a los hijos de Israel camuflados en los grandes centros de decisión del poder mundial, sobre todo económicos-financieros y mediático-culturales.

Los políticos, intelectuales y periodistas del sistema no temen a Israel, sino que temen a los medios, organizaciones y empresas judías, y a su influencia sobre los gobiernos y procesos económicos-culturales del sistema sionista capitalista extendido por todos los países a escala planetaria.

En definitiva temen que las empresas, las universidades, las organizaciones y las fundaciones internacionales sionistas que financian y o promocionan sus ascensos y puestos en la maquinaria del sistema los declaren «antisemitas» y los dejen sin trabajo, sin vacaciones y sin jubilación.

Esa es la causa principal que explica porque los intelectuales, académicos y periodistas del sistema viven elucubrando sesudos análisis de la «realidad» política, económica y social sin la presencia de la palabra judío o del sistema capitalista que paga por sus servicios.

Si bien hay un grupo de intelectuales y de militantes judíos de izquierda (entre ellos Chomsky y Gelman, entre otros) que condenaron y protestaron contra el genocidio israelí en Gaza, la mayoría abrumante de las comunidades y organizaciones judías a escala planetaria apoyaron explícitamente la masacre de civiles en Gaza argumentando que se trataba de una «guerra contra el terrorismo».

A pesar de que Israel no invadió ni perpetró un genocidio militar en Gaza con la religión judía, sino con aviones F-16, misiles, bombas de racimo, helicópteros Apache, tanques, artillería pesada, barcos, sistemas informatizados, y una estrategia y un plan de exterminio militar en gran escala, quien cuestione esa masacre es condenado por «antisemita» por el poder judío mundial distribuido por el mundo.

A pesar de que el lobby judío sionista que controla Israel, tanto como la Casa Blanca, el Tesoro y la Reserva Federal de EEUU no reza en las sinagogas sino en la Catedral de Wall Street, el que lo critique es tildado de inmediato como «antisemita» o «nazi» por las estructuras mediáticas y culturales controlados por el poder judío mundial.

Las campañas de denuncia de antisemitismo con las que Israel y las organizaciones judías buscan neutralizar a las criticas contra la masacre, abordan la cuestión como si el sionismo judío (sostén del estado de Israel) fuera una cuestión «racial» o religiosa, y no un sistema de dominio imperial que abarca interactivamente el plano económico, político, social y cultural, superando la cuestión de la raza o de las creencias religiosas.

El lobby sionista no controla el mundo con la religión: lo maneja con bancos, trasnacionales, hegemonía sobre los sistemas económicos-productivos, control sobre los recursos naturales, control de la red informativa y de manipulación mundial, y manejo de los valores sociales a través de la publicidad, la cultura y el consumo estandarizado y globalizado por los medios de comunicación.

En definitiva, el lobby judío no representa a ninguna sinagoga ni expresión racial, sino que es la estructura que maneja el poder mundial a través del control sobre los centros económicos-financieros y de decisión estratégica del sistema capitalista expandido como civilización «única».

Antes que por la religión y la raza, el lobby sionista y sus redes se mueven por una ideología política funcional: el sionismo capitalista-imperial que antepone el mercado, la concentración de riqueza, la «política de negocios», a cualquier filosofía que roce las nociones del «bien» o del «mal» entendidos dentro de parámetros sociales.

Entonces: ¿De qué hablan cuando hablan de «antisemitismo» o de «anti-judaismo religioso? ¿En que parámetros referenciales se basa la condición de antisemita»? ¿Quién es antisemita? ¿Quién critica a los judíos por su religión o por su raza en las sociedades del mundo?

A lo sumo, a los judíos, como está probado en la realidad social de cualquier país, no se los critica por su religión o condición racial sino por su apego excesivo al status del dinero (también cultivado por otras colectividades) y a integrar estructuras o jerarquías de poder dentro de un sistema injusto de opresión y de explotación del hombre por el hombre, como es el sistema capitalista.

Salvo los grupos minoritarios de fanáticos y racistas que sólo se representan a sí mismos, en las sociedades (salvo el nazismo alemán y algunas excepciones) casi nunca hubo «persecución religiosa o racial» del judío, si no que hubo una asociación del judío con la «peor cara del capitalismo», representada en el sistema económico-financiero especulativo.

En resumen

El lobby sionista que protege al Estado de Israel (por «derecha» y por «izquierda») esta conformado por una estructura de estrategas y tecnócratas que operan las redes industriales, tecnológicas, militares, financieras y mediáticas del capitalismo trasnacional extendido por los cuatro puntos cardinales del planeta.

Sus redes se expresan a través de una multiplicidad de organizaciones dedicadas a promover el actual modelo global, entre las que se cuentan principalmente: The Hudson Institute,The RAND Corporation, The Brookings Institution, The Trilateral Commission, The World Economic Forum, Aspen Institute,American Enterprise Institute, Deutsche Gesellschaft für Auswärtigen Politik, Bilderberg Group, Cato Institute, Tavestock institute, y el Carnegie Endowment for International Peace, entre otros.

Todos estos think tanks o «bancos de cerebros», reúnen a los mejores tecnócratas, científicos y estudiosos en sus respectivos campos, egresados de los las universidades de EEUU, Europa y de todo el resto del mundo.

El lobby no responde solamente al Estado de Israel (como afirman los analistas de la «cara derechista» de los neocons) sino a un poder mundial sionista que es el dueño del Estado de Israel tanto como del Estado norteamericano, y del resto de los Estados con sus recursos naturales y sistemas económico-productivos.

El lobby no solamente está en la Casa Blanca sino que abarca todos los niveles de las operaciones del capitalismo a escala trasnacional, cuyo diseño estratégico está en la cabeza de los grandes charmans y ejecutivos de bancos y consorcios multinacionales que se sientan en el Consenso de Washington y se reparten el planeta como si fuera un pastel.

Ni la izquierda ni la derecha partidaria hablan de este poder «totalizado» por la sencilla razón de que ambas están fusionadas (a modo de alternativas falsamente enfrentadas) a los programas y estrategias del capitalismo trasnacional que controla el planeta.

Por lo tanto, y mientras no se articule un nuevo sistema de comprensión estratégica (una «tercera posición» revolucionaria del saber y el conocimiento) el poder mundial que controla el planeta seguirá perpetuándose en las falsas opciones de «izquierda» y «derecha».

Y el lobby judío de «derecha» de los republicanos conservadores seguirá sucediendo al lobby judío «de izquierda» de los demócratas liberales en una continuidad estratégica de las mismas líneas rectoras del Imperio sionista mundial.

Y las masacres del Estado de Israel seguirán, como hasta ahora, impunes y protegidas por las estructuras del sistema de poder mundial sionista capitalista que lo considera como su «patria territorial».

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Manuel Freytas

Manuel Freytas es periodista, investigador, analista de estructuras del poder, especialista en inteligencia y comunicación estratégica

Fuente: http://www.voltairenet.org/article165990.html