El camino de la paradoja es el camino de la verdad. Para probar la verdad de las cosas hay que verlas en la cuerda floja. Cuando las verdades se hacen acróbatas, entonces

Podemos juzgarlas. -O. Wilde

sábado, 6 de marzo de 2010

Los escribidores digitales

El fin del mundo del fin
por Lidia Fagale*

"Federico II quiso comprobar qué lengua e idioma tendrían los niños al llegar a la adolescencia si no habían podido hablar jamás con nadie. Y para ello dio órdenes a las nodrizas y ayas de que dieran leche a los niños… pero con la prohibición de hablarles(…) Pero se afanó en vano, porque los niños o infantes morían todos."

(Eco 1996:11) cita de Diego Levis en la Pantalla Obicua.

La utopía negativa de Julio Cortázar en su libro "Fin del Mundo del Fin" muta de creativa fantasía a presagio.




En ese mundo imaginado sin lectores y sólo plagado de escribas condenados a escribir día y noche se produce un tremendo cataclismo. Luego, una nueva distribución de mares y continentes concluye con la condena a extinguirse de los escribas, la única raza que sobrevive, aunque precariamente, ya sin lectores, produciendo día y noche textos sin sentido.

La metáfora literaria desborda el futuro imaginado hacia la marca de un tiempo presente donde la tecnología digital permite leer y escribir en una misma superficie.

Esa relación sin fin, contínua, que altera la esencia de la relación profundamente humana entre el autor y el lector naufraga en un hipertexto sin límites que se construye y se reconstruye sin principio ni final.

La superabundancia de textos (o los libros) de los que habla en su breve cuento Cortázar, son ubicados en el fondo del mar hasta desbordar las costas. (…) El agua marina, puesta con tanta violencia a expandirse, se evapora más que antes, o busca reposo mezclándose con los impresos para formar la pasta aglutinante (…) Por fin los barcos se detienen en distintos puntos de los mares, atrapados por la pasta y los escribas del mundo entero escriben millares de impresos explicando el fenómeno y llenos de una gran alegría (…)

Es el nacimiento de un mundo donde los lectores son condenados (¿o liberados?) a ser escribidores que no dejan de producir relatos día y noche. En tanto, otros avanzan sobre los nuevos territorios, saciando su ambición material de ocuparlo todo.

Hoy se impone una analogía con aquel cuento: "Lo real es codificado en un inmenso hipertexto virtual al que llegamos por la ventana de un computador donde se conjugan todos los géneros textuales sobre el mismo objeto, en la misma forma", como dice el historiador Roger Chartier.

Una nueva cartografía señala las nuevas islas de los mares virtuales, los blogs, donde 50 millones de escribidores esperan ser leídos por alguien.

Batallones de escribas se hablan y se escriben así mismos, y su existencia, ahora estará condenada a naufragar en un territorio sin lectores, dado que todos han sido puestos a escribir. "Se preanuncia la muerte de los escribas, ya que ha muerto un mundo, ha llegado a su fin." (Cortázar)

¿Será el sin fin este presente condenado a la continuidad textual y virtual sin lectores? ¿Es posible navegar en este nuevo territorio existencial sin ser atacado por ciclones de sin sentido?

El hipertexto reconfigura un mundo casi sin límites, donde no hay fronteras, allí los herederos de los escribidores de Cortázar están condenados a relatar las nuevas bitácoras, donde se tritura el tiempo y el espacio y se desmaterializa la historia. También se preguntan, aunque en raras ocasiones, si la libertad es prisionera de tanta virtualidad.

Los escribidores son parte de un mundo real y a la vez capitanes de barcos con otros límites, con otros mares, con otros continentes donde no hay fronteras visibles.

Un único universo, una masa homogénea donde a veces naufraga el pensamiento colectivo, y los ojos ya no comprenden su innecesaria existencia frente a la monarquía de la imagen.

En tanto, algunos escribidores saben que la comunicación es un paso esencial de lo individual a lo colectivo y que de ella depende la supervivencia de la humanidad. Otros, sin embargo, son escribidores sin lectores. Casi todos al borde del fin de un mundo que no tiene fin.

Lidia Fagale

Periodista argentina. Secretaria general adjunta de la UTPBA.

Responsable del Observatorio de Medios.

1RO DE JUNIO DE 2006
Desde
Buenos Aires (Argentina)

2 comentarios:

Carolina O. dijo...

Un artículo excelente!
Mientras lo leía, pensaba en que tan real es éste mar virtual donde nos sentimos tan libres y cómodos encubiertos por la máscara del anonimato.
Es verdad que la mayoría, (por no decir todos), los que escribimos, deseamos en cierta medida ser leídos. Pero también cabe destacar que "la red" nos da una especie de alas, (confianza), para descargar sobre algún blog las experiencias que hoy con seguridad no son ajenas ni personales.
Tal vez, el compartir letras, no sea ya un tema específicamente literario, también una forma de contacto "alma a alma", un descubrir la imagen de un mismo espejo donde todos podemos vernos reflejados.

El tema da para mucho.
Personalmente, me encantó.

Todo mi cariño,

Caro

Jose Ramon Santana Vazquez dijo...

...traigo
sangre
de
la
tarde
herida
en
la
mano
y
una
vela
de
mi
corazón
para
invitarte
y
darte
este
alma
que
viene
para
compartir
contigo
tu
bello
blog
con
un
ramillete
de
oro
y
claveles
dentro...


desde mis
HORAS ROTAS
Y AULA DE PAZ


TE SIGO TU BLOG




CON saludos de la luna al
reflejarse en el mar de la
poesía...


AFECTUOSAMENTE:
CASPERLORD


ESPERO SEAN DE VUESTRO AGRADO EL POST POETIZADO DE LOVE STORY, CABALLO, LA CONQUISTA DE AMERICA CRISOL.

José
ramón...