El camino de la paradoja es el camino de la verdad. Para probar la verdad de las cosas hay que verlas en la cuerda floja. Cuando las verdades se hacen acróbatas, entonces

Podemos juzgarlas. -O. Wilde

sábado, 9 de mayo de 2009

Un derecho olvidado

Hay un estado de guerra permanente y ha estado presente a lo largo de la historia de la humanidad.
La civilización actual puede y nos dice, que se han puesto en práctica todos los sistemas ideados por el hombre para sobrellevar la vida en “comunidad”; esta última palabra, sin sacarla del contexto de esta reflexión, es la que contiene el germen que ha sobrevivido milenios, gracias a quienes en todos los tiempos, lo han creído posible, estos sistemas que en su denominación, llevaban implícito un modo de organización, que para que fuera aceptado por todos, por lo general iba acompañado por la aplicación de los métodos necesarios, para que se produzcan los cambios, esto, siempre fue así, hoy el cadalso está en desuso, los métodos modernos de coerción demuestran el avance.
La guerra siempre estará presente, aunque se le podría disminuir el grado de salvajismo, si disminuyéramos la distancia que separa al gestor de la idea, de aquel otro individuo que aspira a una vida en libertad, conformando así, recién entonces, una cierta comunidad social.
Se ha llegado gracias a la tecnología, a que nadie pueda decir, que no se está informado, y este mecanismo de comunicación imperante, es el único nexo que salva la distancia, y que termina poniéndonos el lazo, no solo debemos estar informados.
Estamos informados y en exceso.
¿Hemos renunciado, dejándolo de lado lo estaremos olvidando?, y me estoy refiriendo al único derecho al que ninguna persona se debería substraer; este es, el derecho a “darnos cuenta”.
La causa debe ser su simpleza, tan simple como aprender a andar en bicicleta, al punto que olvidamos que ya no tenemos la bicicleta.
Abrir la discusión es la asignatura siempre pendiente, para quienes comprendan esto, les dejo en sus manos abrir el debate, de lo contrario sin el “darnos cuenta” seguiremos con nuestra mezquindad, pedaleando en el aire.

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